Últimamente estoy desatado compartiendo fotos en Panoramio y mientras subía unas cuantas del viaje a Cíes de este fin de semana me he fijado en el mensaje "El concurso ya ha empezado".
Había visto la información del concurso pero nunca me había llamado la atención. Hoy he decidido participar con una de las fotos de Cíes. Sin pensarlo mucho he cogido una de las que estaba subiendo en ese momento y ha quedado esta misma.
- Boas tardes. ¿Estas uvas non saberá de quén son? - Saludó mi madre a una parroquiana en la aldea de O Outeiro el pasado sábado.
- Boas. Son miñas. ¿Quería?
-¿Podo coller un racimo? E que esta uva americana encántame.
- ¡Colla! ¡Colla! ¡E colla tamén para os demais! - le insistió la anciana refiriéndose a nosotros.
Cuando volvieron las dos a salir del emparrado, ya con confianza la mujer nos preguntó:
- ¿E vos de onde sodes? Se non e moito preguntar.
- De Vigo.
- ¡Ahhhh!
- Ainda está lonxe. - Aclaró mi madre.
- Pois... Non tendes pinta de señoritos. Tendes mais pinta de andar a cotío. Coma mín. - Remató mientras iniciaba una carcajada.
Avisados quedáis. Señoritos de ciudad.
Esta mañana en la Calle de San Amaro se metió un camión articulado cargado, según indicaba su rotulación, con piezas de automóviles. Se ve que no era del lugar (o no se metería por semejante callejón) y se quedó atascado librando por unos metros el paso al Camino de la Atalaya.
Como es costumbre a esas horas el tráfico era relativamente alto para la vía y se formó la consabida caravana que poco a poco desaguaba por la Atalaya para luego tratar de recuperar su ruta.
El conductor estaba a pie de calle analizando el tinglao en que se había metido.
Yo seguí mi camino.
A la media hora, cuando volvía a pasar por el lugar el hombre estaba junto a la puerta trasera de su camión relajado, fumando un cigarro mientras esperaba el desenlace y hacía señas a los conductores que seguían formando recua para que tomaran por Atalaya.
Uno de los coches de la caravana se detuvo junto al camión, posiblemente esperando a que otro maniobrara en el cerrado giro para coger el desvío. Pero no había ya nadie delante de él y no avanzaba.
El camionero gesticuló con su mano derecha al mejor estilo de la venemérita -¡Circule! ¡Circule!- mientras con la derecha seguía disfrutando del cigarrillo.
El automovilista giró la manivela de su ventanilla y asomando la cabeza le aclaró: ¡Es que yo quiero ir para abajo!
Se ve que el camionero estaba más curtido que yo, porque en lugar de descojonarse de la risa como me sucedió a mi, simplemente le repitió la indicación de que siguiese circulando.
Historias que pasan a las ocho de la mañana.
Canales de Prinsengracht (menudo nombrecito), en Amsterdam. Tal y como lo vio Bea en su viaje.
Collage de la Grand Place de Bruselas.
Como no puede ser menos, por tratarse de la plaza central de la ciudad, está en el mismo centro de Bruselas. Además es Patrimonio de la humanidad.
Entiendo que a Bea le pareciese un bonito recuerdo del lugar.
Bonitas vistas debe de haber desde una de esas torres, especialmente teniendo en cuenta lo escarpado que es Bélgica.
La Basílica de Koekelberg es una iglesia de hace dos días, como quien dice. Empezada en 1905 y terminada en 1971 (se lo toman con calma estos belgas) parece un buen lugar para empezar a explorar Bruselas.
Ayer por la noche, cuando llegué de hacer senderismo me puse a pasar los datos al ordenador. Esto significa, según tengo costumbre, volcar la ruta del GPS al programa gestor para guardarla y copiar las fotos de la tarjeta SD de la cámara a mi carpeta de fotografía en el disco duro, borrándolas de la tarjeta para liberar espacio (vamos, que las "muevo" con Crtl+X y Crtl+V).
Mientras las empezaba a revisar con mi querido FastStone Image Viewer algo pasó, de repente una pantalla azul muerte en Windows 7 y un texto que decía estar volcando al HD los datos de memoria virtual o algo por el estilo. El equipo se reinició y Windows avisó de estarse recuperando de un batacazo inesperado (aunque esas no fueron exactamente sus palabras). Volví a las fotos y ...
¡LAS ÚLTIMAS 8 FOTOS SE HABÍAN PERDIDO!
No parece mucho 8 fotos hechas en penumbra (de esas que como poco salen granuladas) de entre las 148 del día, pero una de ellas era la foto de la pantalla del GPS que uso para georreferenciar las mismas (si no me entendéis no importa, es irrelevante) y además siempre molesta perder algo. Al menos a mí.
Mientras estaba en el salón pensaba en buscar un programa para tratar de recuperar esos datos corrompidos, pero me parecía difícil recomponer los datos de las imágenes hasta que me acordé que los datos originales estaban en la tarjeta SD, solamente habían sido borrados.
Esta mañana me puse a buscar opciones para desborrar los archivos y buceando un poco llegué a varias opciones gratuitas. ADRC Data Recovery Software Tools lo vendían como una solución ideal para fotos perdidas, y junto con el hecho de que es autoejecutable (sin instalación) y que solamente ocupa 44,4 Kb (lo bueno si breve ...) me convenció.
Ha funcionado perfectamente y las fotos están ya recuperadas y en su sitio (ahora me pondré a georreferenciarlas).
En la web del programa comentaban:
If you are happy with the utility, share the information with others about ADRC Data Recovery Software Tools or place to link to our download home page.
(Si estás satisfecho con el programa, comparte la información con otros sobre ADRC Data Recovery Software Tools o pon un enlace a su página de descarga)
Efectivamente estoy contento con el programa y esta es mi demostración de ello.
