Hoy he subido a comer a Cabral. No es que sea un gorrón que se aprovecha de sus padres para comer bien. Bueno, no es sólo eso. El plan era subir la bici pachucha y combinar la llave de pedalier que compré por internét con una llave fija de 24 mm para poder sacar el pedalier viejo y ver la referencia para comprar uno nuevo.
El pedalier viejo tenía uno de los rodamientos destrozado, como sospechaba por el ruido que empezó a hacer anteayer.
Por suerte el asiento en el cuadro no estaba tocado, de modo que no habría problemas para montar uno nuevo, una vez comprado.
La referencia: pedalier de cuadradillo de 68 mm en el cuadro y 122,5 mm (en realidad el calibre midió 122) de longitud de eje.
Al llegar a casa, con la tripa llena, cogí el teléfono y comencé la consulta. En
Bici o con no tenían en almacén, pero en el
Bici Total de la calle Castelao (mi segundo intento) me dijeron que tenían de 68x123, que también me valdría. Yo también creo que me valdrá, un milímetro de diferencia en la separación de las bielas no puede ser demasiado peligroso.
Allá que me fui, andando bajo la lluvia disfrutando de la pronta solución a los males de la bici y con mi chubasquero
The North Face con costuras estancas para mantenerme calentito.
La atención en Bici Total fue excelente, y por 12,35€ me compré un pedalier
Shimano Alivio BSA 68x123.
Con la felicidad que llevaba encima decidí ir hasta el Alcampo de Coya, a ver si tenían pan de molde Auchan tostadas (llevo en crisis con el tema desde hace más de lo que podéis imaginar) y me traje a casa cuatro bolsas, además de un par de botes de paté, para acompañar.
Como ya no era hora habrá que dejar el montaje para mañana.
¡Que ilusión!
